
Ciudad de México,-. El embajador de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en México, Sr. Mojtar Leboihi, fue recibido hoy en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México por el Dr. Eduardo Jaramillo Navarrete, Director de las Naciones Unidas en la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos humanos. Durante este encuentro, se llevó a cabo un fluido intercambio sobre el papel de la ONU en el contexto actual, con especial énfasis en la situación de los derechos humanos, que en el caso particular del Sáhara Occidental, continúa careciendo de un mecanismo independiente e imparcial, para su protección y monitoreo.
Uno de los temas centrales de la reunión fue la situación de los presos políticos saharauis de Gdeim Izik. El embajador Leboihi recordó que fue México quien solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU una misión especial para investigar sobre los graves hechos ocurridos en 2010 en las afueras de la capital saharaui. Este suceso, que dejó una huella imborrable en la memoria de los derechos humanos, fue un ejemplo de la violencia desmedida por parte de las fuerzas de ocupación marroquíes, algunas de cuyas víctimas continúan hacinándose 15 años después en las cárceles marroquíes, con condenas oscilan entre 20 años y cadena perpetua.
El embajador saharaui hizo hincapié igualmente en la grave y preocupante situación de violaciones a los derechos humanos en el Sáhara Occidental en general, reiterando que el Estado de ocupación marroquí, siguen cometiendo abusos, especialmente contra aquellos que participaron en protestas pacíficas siendo brutalmente reprimidas, la expulsión de observadores internacionales, la confiscación de tierras y el saqueo ilegal de los recursos naturales del territorio.
Este encuentro reafirma el compromiso de ambos países en la promoción y defensa de los derechos humanos a nivel internacional y subraya la necesidad urgente de establecer mecanismos efectivos por parte de la comunidad Internacional, con el fin de proteger a los pueblos oprimidos en situaciones de conflictos de ocupación extranjeros y muy particularmente de los habitantes de un territorio no autónomo, como es el Sáhara Occidental.
Ambas partes expresaron su disposición a continuar el diálogo sobre estos asuntos críticos, con la esperanza de propiciar un futuro más justo y pacífico para todos los pueblos en lucha por la autodeterminación y el respeto a sus derechos humanos fundamentales.