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Posibles vías para la paz en el Sáhara...

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«El único camino como cauce para alcanzar la paz es que las partes en litigio reconozcan la legalidad internacional y lleven a cabo el proceso de autodeterminación del pueblo saharaui y que sea el propio pueblo saharaui el que pueda decidir libremente su futuro»
Gemma Esteban Dorronzoro
Actualizado:31/12/2020 11:58h
El pasado 26 de diciembre se celebró online una conferencia organizada por el «Centro de Estudios Políticos y Estratégicos para la Paz» con sede en El Aaiún (Sáhara Occidental) bajo el título «Saguia el Hamra y Río de oro, escalada actual y perspectivas de paz», con la finalidad de abordar la situación actual por la que está atravesando el conflicto del Sáhara Occidental y aportar posibles alternativas que hagan prevalecer la paz por encima de la guerra.
Asistieron como ponentes Pedro Altamirano, político; Adib Mouhafel investigador; Ahmed Bengamar, politicólogo y militante de Podemos; Dmitri Khaydorov, académico ruso; y una servidora, historiadora. La moderación y presentación corrió a cargo del director del centro, Larbi Ennass.
La ilusión que caracterizó el principio de la ponencia fue evolucionando hacia un particular asombro por mi parte. La falta de defensa al derecho y a la legalidad internacionales así como la prioridad por dar publicidad al desarrollo económico de la zona fueron las notas dominantes. La búsqueda de alternativas pacíficas a la guerra quedó relegada a un único plano: la aceptación de la autonomía. Sinceramente, yo esperaba una cierta pluralidad en este sentido y no la negación de cualquier iniciativa que no fuera ésta.
Algunos tertulianos, menospreciaron el origen histórico del conflicto, ciñéndose a la aportación de datos parciales actuales sobre los que intentaron justificar la larga y grave inestabilidad por la que está atravesando la zona. En este sentido, todavía me queda la duda de si fue por desconocimiento en general de la propia historia o de manera intencionada, con la finalidad de ocultar el por qué y de qué manera Marruecos está ocupando el Sáhara.
Se mostraron tan ofendidamente opuestos a la guerra que cuando oían la posibilidad de una vuelta a las armas, parecía embargarles la ira… No se pararon a pensar que la guerra se ha originado por el hecho de dejar en un callejón sin salida las aspiraciones del pueblo saharaui. Denunciaron la vuelta a la guerra por parte del Frente POLISARIO, menospreciando la capacidad militar del ELPS y alardeando del potencial de las FARM pero yo me pregunto ¿se trata de una posición de derecho o de fuerza? ¿es la ley de la jungla y del más fuerte o la del respeto, el diálogo, el consenso y la búsqueda de soluciones pacíficas como rezaba el título de la conferencia? Efectivamente, ellos así mismos se dan la respuesta: Marruecos ocupa el territorio del Sáhara por la fuerza, no por el derecho, cuyo título jurídico le es denegado por los organismos internacionales.
En un intento por mostrar la cara más amable del reino alauita, se ofrecieron datos que reflejan la cantidad de “millones” que el gobierno marroquí ha invertido en levantar infraestructuras y potenciar el turismo en el Sáhara Occidental. Pero sin darse cuenta, los contertulios están delatando una ilegalidad internacional que se está produciendo dentro de un territorio calificado por las Naciones Unidas como no autónomo y pendiente de descolonización.
No voy a reproducir todas las afirmaciones que me parecieron desacertadas y que pueden ser fruto de ese conocimiento poco exacto de la historia, pero sí voy a citar literalmente una que me dejó estupefacta, cuando uno de los ponentes hizo referencia a la zona saharaui del Guerguerat: «…ha habido un bloqueo por los activistas propolisarios desde mediados de octubre y finalmente Marruecos decidió enviar a sus militares (…) para restablecer lo que es la normalidad de circulación de vehículos que se encontraban allí bloqueados y Marruecos, como cualquier estado soberano, tiene todo el derecho del mundo para intervenir, para desbloquear para que las mercancías que van hacia Mauritania, hacia el África Occidental desde Marruecos tienen que seguir su ruta diaria y esto es un derecho que le pertenece a cualquier estado del mundo, es decir, nadie tiene derecho a bloquear una frontera, es como si aquí bloqueamos la frontera con Francia» ¿qué pensará el director general de Podemos de las afirmaciones de este militante? Y ¿que aportará esta reflexión a la paz en este conflicto? Insisto de nuevo, es necesario conocer la historia para saber que Marruecos no es Estado soberano del Sáhara, que la brecha en el muro la hizo ilegalmente Marruecos y que comenzó la construcción de una carretera asfaltada para pasar a Mauritania con fines evidentemente comerciales, violando, nuevamente, la legalidad internacional, al saltarse la zona de amortiguación y el área restringida en el «Acuerdo Militar nº 1» de 1997, firmado por ambas partes.
El único camino como cauce para alcanzar la paz es que las partes en litigio reconozcan la legalidad internacional y lleven a cabo el proceso de autodeterminación del pueblo saharaui y que sea el propio pueblo saharaui el que pueda decidir libremente su futuro, no perdamos de vista que la conferencia quería dar una salida pacífica al conflicto y no dar a conocer las inversiones y el potencial económico de la zona.
Hay muchas maneras de llegar a la guerra y para mí, tal y como comenté en las ocasiones en las que tuve oportunidad durante la conferencia, la resolución de los conflictos de manera pacífica debe ceñirse a las reglas del derecho internacional implementando las resoluciones aprobadas en el seno del Consejo de Seguridad que establecen ese derecho inalienable de los pueblos a decidir su futuro.
No obstante, pienso que aquí está la contradicción y lanzo una reflexión en el sentido de que los propios estados miembros que forman parte de las Naciones Unidas y que en teoría defienden ese derecho, como Francia y EEUU -que, junto con otros tres estados, tienen el anacrónico derecho a veto- son los mismos que impiden cualquier movimiento que obligue a las Naciones Unidas a hacer cumplir sus resoluciones y a poner fin a esta rebelión contra el derecho internacional.
Autonomía o autonomía… es más importante escuchar al pueblo saharaui.