Pasar al contenido principal

Sáhara Occidental: la 'quinta columna' o el enemigo en casa

Submitted on

El ex presidente Felipe González ha viajado de nuevo a Marruecos a apoyar a Majzén tras el revés recibido, por segunda vez, de la más alta instancia judicial de la Unión Europea, el TJUE, que acaba de reiterar que el Sáhara Occidental "es un territorio distinto y separado" del Reino de Marruecos, al igual que sus aguas adyacentes, las cuales ya habían sido declaradas Zona Económica Exclusiva por el Gobierno de la RASD.
es que en un momento tan 'doloroso', por evidente, para el régimen expansionista y colonialista alauita, era imperativo apoyar al amigo marroquí. No es la primera vez, ni mucho menos, que nuestro ex prócer se traslada a Marruecos para, ante un auditorio de súbditos besamanos, bendecir el "plan de autonomía" marroquí, la anexión de las "provincias del Sur", antaño provincia española número 53. ¡Con qué facilidad y frivolidad cambian las colonias en provincias y a éstas las mudan de nación, de nombre y de amo! Las personas sólo están ahí para "usar y tirar", como un producto más. Así nos comportamos nosotros, los presuntamente 'civilizados', sin el menor decoro, sin la menor dignidad, todo un ejemplo.
Nuestro ex presidente no ha tenido empacho en "retratarse" una vez más con sus traiciones y engaños ("OTAN de entrada, NO", pero de salida, tampoco). Hace ahora cuatro décadas que este mismo señor se tomó la libertad –y la frivolidad- de viajar a los campamentos de refugiados saharauis y allí, ante una maltrecha pero entusiasmada población saharaui, enardecerla gritándoles, puño en alto, que tenían la razón y que la verdad estaban de su parte, que el Gobierno de España había hecho “una mala colonización y una peor descolonización entregándolos a gobiernos reaccionarios, pero que su partido –el PSOE- estaría con ellos hasta la victoria final” (¡!). Véase el vídeo de aquella arenga en los campamentos de Tinduf.
Claro, corrían tiempos preelectorales y quien habría de ser posteriormente nuestro prócer llenaba la Ciudad Universitaria de Madrid de manifestaciones con banderas polisarias. Poco duraron sus promesas. Y jamás explicó al pueblo español –y menos aún al traicionado pueblo saharaui- las razones del “cambiazo” y de tan infame traición. Seguramente seguía el Gobierno del Sr. González las directrices que le enviaban desde París y desde Washington, que en esto ambas coincidían: colocarle el muerto a la ONU y más tarde borrar del papel eso del referéndum –al igual que se hiciera con West Irian, luego Nueva Guinea Occidental- cambiando "pueblo" por "población", para así violar los censos y meter de rondón en las listas electorales, para el siempre pendiente referéndum, a los miles y miles de colonos marroquíes transterrados al Sáhara Occidental ilegalmente ocupado. Un crimen de guerra, como recoge la Cuarta Convención de Ginebra.
En una entrevista radiofónica, hace ahora algún tiempo, el segundo de a bordo, Alfonso Guerra, preguntado sobre la cuestión del Sáhara Occidental (que, no olvidemos, sigue a día de hoy en el Comité de Descolonización de la ONU), contestó así a su interlocutor: "El Frente Polisario ha perdido apoyos". Ante la insistencia del periodista ("¿Qué apoyos?", le preguntó), Alfonso Guerra, con ese lenguaje ambiguo y oscuro de ciertos políticos, se limitó a contestar: "No, yo sólo digo que el Frente Polisario ha perdido apoyos". No aclaró de quién había perdido supuestamente tales apoyos, ni tampoco por qué, dejando al entrevistador en las tinieblas y a los oyentes en la misma situación.
No preciso dar fe aquí y ahora de mi antifranquismo de siempre. Pero casi me atrevo a asegurar que hasta el mismísimo Francisco Franco lo hubiera hecho mejor. Y seguramente tampoco habría incumplido -en lo concerniente al Sáhara y al referéndum en vías de realización- los compromisos y obligaciones internacionales de España para con el pueblo saharaui y la comunidad internacional, como sí las incumplió vergonzosamente el entonces Jefe del Estado en funciones.
La cantante saharaui, Mariem Hassan, traicionada y desgarrada de dolor, se lo dijo bien claro a Felipe y a la Humanidad entera, dejando su grito y su denuncia inmortalizados para la Historia en "Shouka" (La espina), que sigue plenamente vigente hoy, con la renovada traición de nuestro Ex en su reciente visita a Marruecos. "Shouka" es una extraordinaria cantata en la que Mariem Hassan contesta y reprocha a Felipe su traición y su “pico de oro” en aquella aparentemente valiente alocución ante los refugiados saharauis en Tinduf el 14 de noviembre de 1976, primer aniversario de la firma de los nefastos Acuerdos de Madrid y un año después de la muerte del dictador.
 
Y ahora, cuando conmemoramos el 42º aniversario de la proclamación de la RASD (27 de febrero de 1976), cuando el pueblo saharaui ha derrotado –con el exclusivo recurso a la legalidad internacional- las pretensiones anexionistas majzenianas; cuando nuestros diputados se trasladan a esos mismos campos de refugiados –en representación de "lo mejor del pueblo español", en acertadas palabras entonces de FG en aquella alocución histórica del 14 de noviembre del 76; cuando la UE ha vuelto a dar la razón al pueblo saharaui y a su vanguardia, el Frente Polisario, FG no tiene empacho en bajarse los pantalones ante el dispendioso (por el profuso uso de los cheques) y chantajista régimen alauita y "alabar" las bondades de su anexión ilegal y criminal (¿en nombre de quién, Sr. González?), precisamente ahora que el Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, el ex presidente alemán Horst Köler, está tratando de avanzar en una solución dialogada al conflicto; ahora, cuando España sigue siendo legalmente la potencia administradora del Sáhara Occidental (no existe administración 'de facto' en el Derecho Internacional) y, en consecuencia, con instrumentos suficientes para liderar e imponer una solución, en lugar de seguir mirando para otro lado y pretender (sólo de boquilla) que otros arreglen nuestro infausto desaguisado. "No es la primera vez que Felipe González apoya en público a Marruecos en el conflicto del Sáhara [Occidental], lo mismo que han hecho otros destacados socialistas como el también expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el ex ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos", informa la prensa.
Por todo ello, los diputados que se han desplazado estos días a los campamentos saharauis para conocer de primera mano la situación, demandan al Gobierno que, recogiendo la voluntad de una amplia mayoría consciente y solidaria del pueblo español, introduzca las reivindicaciones del pueblo saharaui en la agenda política española y, para empezar, abra la puerta al necesario reconocimiento de un estatus diplomático de los representantes del Sáhara Occidental por parte del Estado español, y del Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui reconocido así por la ONU.
 
Alfonso Guerra omitió y evitó decir, en la entrevista arriba citada, que su jefe de partido, Felipe González, miembro destacado del lobby promarroquí, iba por el mundo haciéndole el trabajo sucio al Majzén, tratando de convencer a gobiernos latinoamericanos para que retirasen su apoyo al Frente Polisario y su reconocimiento a la RASD. ¡Fuertes motivaciones patrióticas! Y con el desconocimiento de los españoles. Claro que ha perdido apoyos, Sr. Guerra; en primer lugar y ante todo, el apoyo, ¡prometido!, de los dirigentes de su partido, el PSOE, que no sabe dónde esconder sus vergüenzas y cuyos militantes mantienen la cabeza baja y un vergonzoso silencio cómplice.
Y hay otro más, nuestro 'Bambi', el ex prócer Rodríguez Zapatero, que se presta a repetir su viaje a la ciudad saharaui ocupada de Dajla, para asistir e intervenir en el propagandístico Foro Crans Montana (¿quién lo financia?) para sonreír ante la complacida audiencia majzeniana y adláteres y fotografiarse ante un mapa de Marruecos con el Sáhara Occidental anexionado (lo que no deja de ser fake news o simple posmentira). ¡Qué falta de conocimientos históricos y jurídicos, de sensibilidad, de respeto a la legalidad internacional, a la verdad, a la voluntad del pueblo español! ¡Qué frivolidad tan irresponsable! ¡Y qué vergüenza! ¡Qué daño tan grande a la causa y al pueblo saharaui! Tanto vendido al Majzén a cambio de no sabemos (todavía) qué. No sé cómo se atreven, ni cómo pueden dormir por la noche después de tanto festejo y tanto adulador alrededor. Algún día tendrán que rendir cuentas estos ‘quintacolumnistas’ patrios, pasados al "peor enemigo" (FG dixit). Y mientras tanto -pesca por aquí, fosfatos por allá, villa de recreo por acullá- ningún atisbo de preocupación o denuncia por la cruel y despiadada situación de los genuinos dueños del territorio no autónomo y todavía sin descolonizar, en pleno siglo XXI.
Y todo esto, cuidado, arropado y bordado por 'reputados' bufetes de abogados, como el de otra ex, la Sra. Palacio y Asociados, al descarado servicio del Majzén, trabajando también para "gobiernos reaccionarios", suponemos que con buenos sueldos y prebendas con los que se remuneran sus informes secretos sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental, pero sin que a los saharauis se les permita siquiera ver esos documentos que pretenden desposeerlos de sus bienes y derechos y venderlos como ganado. Ya lo decía el más que honorable Frank Ruddy: se ponen al servicio de un poderoso y adinerado 'don Alguien' frente a unos miserables 'don Nadie' (por el momento), que así los trata Marruecos, además de sus persistentes e insidiosas campañas de difamación e intoxicación.
Pero esto se acabará un día, señores gerifaltes, ojalá más pronto que tarde. Nos evitaremos más sufrimientos. Y tanto 'quintacolumnista' suelto tendrá que dar cuenta de sus actos y traiciones. En esta España de Transición 'modélica' hay mucho 'quintacolumnista' suelto. Aunque traten de silenciarlo y ningunearlo, la cuestión del Sáhara Occidental es la asignatura pendiente de la Transición española. Y la mayor parte de la ciudadanía formada, consciente y solidaria de España está y estaremos con el pueblo saharaui. Sí, Sr. González, hasta la victoria final, como usted muy bien dijo en 1976.
Artículo escrito por Luis Portillo Pasqual del Riquelme